Estás invitada a una boda y te has comprado un vestido precioso, te lo pruebas y te miras al espejo. Elegiste bien, te queda perfectamente y además es adecuado para la ocasión. Nada más que añadir .Ahora buscas esos zapatos de tacón tan bonitos que guardas en el vestidor, un bolso acorde y te pruebas unos pendientes XL, te maquillas y ahora sí, ¡W! Los detalles han sido la guinda del pastel.

En tu boda pasará igual, para que sea original y esté llena de encanto hay muchos conceptos que tendrás que controlar: Elegir bien el lugar de celebración, definir el estilo de tu boda, escoger la paleta de color perfecta, cuidar la iluminación… Y un montón de cosas más. Pero si quieres presumir de una boda personalizada, única y especial, además deberás cuidar los pequeños detalles desde la entrada hasta la fiesta. Y eso requiere trabajo, imaginación, tiempo y mucho amor. Los detalles son el complemento ideal para una boda única y muy personal.

Has visto muchos de ellos en bodas de tus amigos, y ya te lo sabes todo de memoria, desde los rincones de arroz a la salida de la ceremonia, los puestos de comida en el cóctel, los rincones de recuerdos y muchos más, algunos preciosos, pero yo te quiero hablar de otros pequeños detalles.

De un rincón de bienvenida lleno de flores que sea la antesala de lo que van a encontrar allí.


De una papelería cuidada, con diseños personalizados, con caligrafía y técnicas artesanales, o pequeñas acuarelas que cuenten vuestra historia.

De los detalles en la decoración de las mesas del banquete, como un mantel de lino. De la mezcla vajillas y cristalería o del atrevimiento de anudar un jirón de tela o un lazo de terciopelo a la servilleta. De rocíar en la mesa algunos cristales de colores o piedrecitas doradas. De marcasitios con elementos naturales como hojas de magnolio o pequeños azulejos o piedras de playa o minerales o simplemente de colocar una pequeña ramita de romero para cada invitado.

Lo importante es que hable de vosotros y de vuestro estilo.
Que la esencia de la boda que celebráis impregne todo.

Decorad las sillas de la ceremonia con un pequeño detalle, lazos, o puntillas o con una pequeña flor.

Cread elementos que sean parte de vuestra historia, con guirnaldas de tela o cristales o piedras de playa pintadas por vosotros, pero nunca perdáis de vista que deben de aportar elegancia a vuestro rincón.

Para una celebración de noche, no os olvidéis de las velas. Es cierto que no darán luz suficiente para la cena y tendréis que apoyaros en otro tipo de iluminación y que deberéis cuidar que no manche la mantelería, pero crean ambientes llenos de magia. Esto es clave.

Y no dejéis de preparar algún detalle para vuestros invitados, un pequeño CD con la música de la ceremonia, una mantita para el fresco de la madrugada, un rico chocolate con vuestra dedicatoria, o un pequeño frasco de mermelada casera si sois cocinitas. Pero, sobre todo, que desprenda el cariño con el que lo habéis preparado y por favor, que sea útil, que no vaya derechito a algún cajón olvidado.

Nunca perdáis de vista lo que estáis celebrando y que los detalles sumen para aportar el carácter que queréis darle a vuestra celebración.

Pero sobre todo, soñad, imaginad y llenad de alma la fiesta de vuestros sueños. 

Fotos de kokorofotografia.com